Nuestros proyectos

Desde hace generaciones, la Fundación Patiño trabaja para construir una Bolivia más fuerte y más solidaria. A través de nuestros proyectos en educación, salud infantil, agroecología y cultura, transmitimos saberes valiosos, innovamos para enfrentar los desafíos actuales y generamos un impacto duradero en las comunidades locales. Juntas y juntos, llevamos adelante una misión de transmisión, renovación y excelencia.

Una historia arraigada en la acción

¿Dónde comienza nuestra historia? En 1931, con la creación visionaria de la Fundación Universitaria Patiño. En 1825, con la independencia de Bolivia. O mucho antes, en tiempos de Tiwanaku, en los confines del lago Titicaca. Nuestra historia trasciende las fechas: se construye en la transmisión, se renueva con la innovación y se afirma a través del impacto tangible de cada proyecto. Es la historia de una visión que se reinventa constantemente, al servicio de Bolivia.

Momentos clave de nuestra historia

  • 1931

    1931

    Formar para transformar

    Desde sus inicios, la Fundación responde a la necesidad vital de contar con profesionales locales calificados, capaces de competir a nivel internacional. El Centro Universitario Patiño, primero en su tipo en La Paz, materializa la visión audaz de Simón: crear un polo de excelencia, conocimiento y capacidades para proyectar a Bolivia en el mapa global del saber.
  • 1960

    1960

    Bolivia en el escenario mundial

    Al abrir en Ginebra el Centro Universitario Patiño, la Fundación amplía los horizontes de las y los estudiantes bolivianos más destacados. Se otorgan becas que estimulan el intercambio y la innovación cultural. Esta aventura europea impulsa el surgimiento de una juventud boliviana preparada para influir positivamente en el futuro del país y del mundo.
  • 1968

    1968

    Salud y cultura: un legado vivo

    Mucho antes de las preocupaciones contemporáneas, la Fundación ya anticipaba la importancia de un enfoque integral: cuidar a las personas, a la tierra y poner en valor el patrimonio cultural boliviano. Con el hospital pediátrico, el Centro Cultural Palacio Portales en Cochabamba y la granja agroecológica Pairumani, el compromiso se vuelve concreto, solidario y sostenible.
  • 1980

    1980

    La evidencia de un modelo que transforma

    El modelo Patiño se consolida como un motor de progreso e innovación allí donde se implementa. En La Paz, el Espacio Patiño se convierte en un núcleo de experimentación cultural. En Santa Cruz y Cochabamba, proyectos agrícolas innovadores abren nuevas perspectivas, combinando sostenibilidad y eficiencia para una Bolivia más autónoma.
  • 2002

    2002

    Nutrir la vida, cultivar el futuro

    Frente a la desnutrición, la Fundación actúa de forma concreta: se abren dos centros en Cochabamba (2002) y en El Alto (2010). Estas estructuras brindan a las familias conocimientos esenciales para adoptar una alimentación saludable y solidaria, rompiendo el ciclo de la precariedad nutricional y asegurando un desarrollo sostenible para las niñas y niños más vulnerables.
  • 2015

    2015

    En el corazón de las ciudades

    Ganar el corazón de las ciudades para llegar a las generaciones futuras: ese es nuestro compromiso. La Fundación materializa la alianza entre el bienestar personal y el desarrollo colectivo. Espacio Patiño en La Paz, un teatro vivo, y el centro de salud de Cochabamba son espacios de escucha y de intercambio que promueven una comunidad donde la expresión individual florece en el respeto mutuo.

Nuestros fundadores: visionarios y humanistas

  • Simón, constructor de futuro

    Simón, constructor de futuro

    Simón I. Patiño encarna el espíritu audaz y la determinación boliviana. Proveniente de orígenes humildes, construyó un imperio minero gracias a su esfuerzo, visión y valentía. Pero su verdadero legado es el compromiso con su país: invertir en educación, salud y progreso social. Visionario, su herencia perdura a través de las acciones de la Fundación que lleva su nombre, transformando aún hoy el destino de miles de bolivianas y bolivianos.

  • Albina, el corazón generoso

    Albina, el corazón generoso

    Albina Rodríguez encarna la generosidad en acción. Junto a Simón, su compromiso personal permitió mejorar de forma concreta la salud infantil y brindar consuelo a los más necesitados. Su aporte a la sociedad boliviana le valió la prestigiosa distinción del Cóndor de los Andes en 1950. Hoy, su espíritu solidario sigue guiando las iniciativas de la Fundación hacia un futuro más humano y solidario.

Un testamento que trasciende el tiempo, aquellos que mantienen viva la herencia

Un testamento que trasciende el tiempo, aquellos que mantienen viva la herencia

Nuestro patrimonio, una riqueza viva

Nuestro patrimonio no está congelado en la piedra: es vivo, dinámico, abierto a la innovación y al diálogo cultural. Cada lugar emblemático preservado por la Fundación cuenta una historia de saberes, intercambios y experimentación. Este patrimonio compartido inspira nuestro futuro común y enaltece la identidad de una Bolivia orgullosa de sus raíces y orientada hacia el mañana.

Nuestro patrimonio, una riqueza viva

Nuestro compromiso fundacional

Nuestra historia comienza con una visión: la de Simón y Albina Patiño, filántropos visionarios. Su legado vivo guía nuestra acción cotidiana hacia la transformación sostenible de Bolivia. Fieles a su exigencia de innovación social y excelencia, renovamos cada día este pacto de humanismo comprometido, para construir una sociedad próspera, solidaria y resiliente.

Nuestro compromiso fundacional

Juntos por una Bolivia innovadora

Apoyar a la Fundación Patiño es invertir de forma concreta en educación, salud, cultura y agroecología. Su compromiso se convierte en una palanca de impacto duradero y compartido. Súmense a nosotros para construir juntos un futuro mejor para Bolivia.

Juntos por una Bolivia innovadora