Desde El Alto hasta Cochabamba, la Fundación Simón I. Patiño lleva a cabo acciones directas en favor de la salud de niñas y niños de 0 a 5 años. Cuidados médicos, nutrición, apoyo psicológico, trabajo social y acciones preventivas se articulan para brindar un acompañamiento integral, arraigado en la realidad de las familias. Un enfoque exigente y humano, pensado para dar a cada niño y niña una verdadera oportunidad de crecer con seguridad.
En Bolivia, muchos niños y niñas crecen en condiciones de vulnerabilidad. En El Alto y Cochabamba, la Fundación Simón I. Patiño ha establecido dos centros especializados para ofrecerles mucho más que atención médica: un acompañamiento integral que combina nutrición, psicología, trabajo social, educación y prevención. Este enfoque busca fortalecer a las familias, prevenir recaídas y restablecer las condiciones de un desarrollo digno y sostenible.
El centro de Cochabamba acoge a niños y niñas enfermos para un seguimiento pediátrico estructurado. El centro nutricional de El Alto atiende a menores de 0 a 5 años con desnutrición, a veces en situación de abandono. Cada niño y niña recibe un diagnóstico completo, consultas a precio simbólico y vacunaciones gratuitas. Estas estructuras responden a una necesidad concreta: hacer que la salud sea accesible para quienes suelen estar más alejados de ella.
En El Alto, los casos de desnutrición se tratan con rigor y empatía. Tras una evaluación nutricional, los niños reciben una dieta adaptada, a veces con hospitalización de varias semanas. Al mismo tiempo, las familias reciben formación sobre prevención y preparación de comidas equilibradas con productos locales. Esta estrategia permite abordar la desnutrición desde la raíz, en su contexto social y educativo.
La desnutrición o la enfermedad infantil suelen estar ligadas a múltiples vulnerabilidades: pobreza, aislamiento, inestabilidad familiar. Por ello, ambos centros integran sistemáticamente a los padres y madres en el proceso de atención. Las trabajadoras sociales acompañan los casos más complejos, y los psicólogos ofrecen apoyo para restaurar los vínculos afectivos y la confianza. El niño o la niña nunca se atiende solo.
Tras el alta, los niños y niñas siguen siendo acompañados en sus hogares durante dos años. Este eslabón esencial garantiza la estabilidad de los avances y permite intervenir rápidamente ante cualquier dificultad. El equipo visita regularmente a las familias para observar las condiciones de vida, ajustar prácticas y mantener un vínculo activo. Esta continuidad es uno de los pilares del método Patiño.
Estos proyectos no se limitan a los centros: se expanden hacia los barrios, las escuelas y las instituciones locales. Talleres de sensibilización, campañas de vacunación y acciones preventivas contribuyen a construir una cultura de la salud compartida. La Fundación no actúa desde arriba, sino en cercanía y en diálogo constante con las familias, las redes y los territorios. Crecer con salud es crecer en comunidad.
Más de 120 niñas y niños atendidos gratuitamente cada año en el centro nutricional de El Alto.
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2 años de seguimiento domiciliario para garantizar la estabilidad y prevenir recaídas
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Más de 100 talleres de formación organizados cada año para las familias acompañadas
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Al apoyar nuestros centros de salud infantil, ayudas a salvar vidas, fortalecer a las familias y prevenir la desnutrición de manera sostenible. Cada donación financia cuidados médicos, evaluaciones nutricionales, seguimientos domiciliarios y formación para las familias. Contigo, la salud se convierte en un derecho real para los niños y niñas más vulnerables.